Una persona puede resultar electrocutada cuando a través de ella pasa una corriente eléctrica. Por ejemplo, si un individuo toca simultáneamente una línea eléctrica que está en funcionamiento y el suelo, éste forma un circuito conductor entre ambos elementos y hace que fluya una corriente eléctrica a través de él.
El daño que se produce en la persona se debe a que al pasar la corriente eléctrica a través del cuerpo se provoca un calentamiento y una destrucción de los tejidos. Un ejemplo claro y conocido de este fenómeno es cuando un rayo alcanza a una persona o a un árbol.
Un campo eléctrico no es lo mismo que una corriente eléctrica, por lo que no es correcto asociar el término de electrocución al concepto de campo eléctrico, y menos aún al de campo magnético.
Los campos eléctricos y magnéticos, sin necesidad de estar en contacto directo con ningún conductor o corriente, pueden provocar un movimiento de las cargas eléctricas libres que tenemos en el organismo. Las corrientes que generan estos movimientos se conocen como corrientes inducidas.
Otro fenómeno muy común y relacionado con los dos anteriores es lo que se conoce como corrientes de contacto. Este fenómeno consiste en que si a un objeto conductor que está cargado y aislado de tierra se le lleva a tierra se induce una corriente dirigida precisamente hacia tierra. También, cuando una persona entra en contacto con un objeto conductor que está dentro de un campo eléctrico y está aislado de tierra, esta persona puede notar una corriente eléctrica, una descarga, que según su intensidad puede ir desde un chispazo hasta llegar a provocar un desvanecimiento. A la inversa, siendo el objeto el que está en contacto con tierra y el individuo el que está aislado, también se puede dar.
Un ejemplo de esta situación es cuando al tocar un coche salta una chispa o nos da un calambrazo. Como las ruedas son de caucho se puede considerar que el coche está aislado de tierra y al entrar en contacto con él, según el calzado que se lleve, se cierra el circuito (coche-persona-tierra) haciendo que se descargue la chapa del coche en tierra a través de nuestro cuerpo mediante una corriente inducida de contacto.
Según el estudio estadounidense de Deno y Zaffanella en 1982, la corriente de contacto inducida que una persona de uno setenta de alto recibiría en un campo eléctrico de 1 kV/m y 60 Hz -por ejemplo de una línea de transmisión- es como máximo de 17 mA, y un automóvil recibiría 110 mA. Para saber el valor de la corriente de contacto que producirían campos con otro valor, hay que multiplicar la corriente de contacto (en una persona 17 mA) por el valor del campo.
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