Dentro de los animales domésticos, la cabaña ganadera ha sido objeto de múltiples estudios epidemiológicos y de comportamiento sobre los posibles efectos que sobre ella pudieran tener los campos electromagnéticos.
Entre otras investigaciones en Estados Unidos se estudiaron mediante encuestas periódicas y análisis veterinarios, en 1980, 11 granjas de vacas, cerdos y caballos que se encontraban muy cerca de una línea de 765 kV. Debajo de la línea la exposición a los campos era de 12 kV/m el campo eléctrico y de 1,2 a 5,6 mT el campo magnético. No se observó ningún efecto nocivo ni sobre la salud ni sobre la productividad en ninguno de los animales de las 11 granjas. En años posteriores se han realizado estudios con valores mucho más altos de campos eléctricos y magnéticos (hasta 10 kV/m y 30 mT) sin encontrar ningún resultado que ponga de relieve ningún efecto negativo, ni en la productividad ni en la producción de hormonas como puede ser la progesterona o el cortisol. También se ha investigado la posible afección que los campos pudieran tener sobre la fertilidad sin encontrar ningún resultado positivo.
Hay un caso de una vaquería donde se instalaron unas máquinas de ordeño en una nave donde los abrevaderos eran metálicos y estaban cerca de unas líneas de corriente que estaban mal aisladas. Las vacas sufrían pequeñas descargas eléctricas (corrientes de contacto) que poco a poco fueron modificando su comportamiento hasta llegar un momento en el que fue muy complicado hacer que las vacas entraran en la nave de ordeño. Para solucionar esta situación se procedió a unir a tierra las instalaciones metálicas. No hubo ningún informe respecto a los campos magnéticos.
Los estudios que actualmente se están haciendo sobre campos electromagnéticos y animales están relacionados con este fenómeno, y lo que pretenden es impedir o controlar las descargas y las corrientes inducidas que se puedan dar en recintos ganaderos que estén muy próximos a líneas eléctricas.
Las plantas también han sido objeto de investigaciones y en general no se ha observado ningún problema ni en el crecimiento, ni en la apariencia, ni sobre su frondosidad.
Se han hecho estudios de diversos tipos de plantas tanto en laboratorio como en plantaciones situadas bajo líneas de transporte. Los estudios de laboratorio se han centrado sobre todo en la influencia de los campos eléctricos y magnéticos en el crecimiento de las plantas pero no se ha obtenido ningún resultado satisfactorio.
En los estudios de plantas que se encontraban bajo líneas eléctricas no se han encontrado efectos nocivos significativos, a excepción de unos estudios norteamericanos en el que algunas puntas de las agujas de los pinos se veían dañadas por campos eléctricos muy intensos, de líneas de 1200 kV. El daño que sufrían estas agujas consiste en un calentamiento y un deterioro de las mismas debido a la inducción de un efecto corona sobre las acículas.
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