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Galileo, la apuesta europea en navegación por satélite

09/12/2003 Ángel Gavín

Piénsese en esos días en que olvidamos, por descuido, nuestro reloj en casa, en la incómoda sensación de no saber qué hora es cuando lo necesitamos. No cabe duda de que el conocimiento preciso de la hora es fundamental en nuestras vidas, así como factor clave del desarrollo tecnológico e industrial de la sociedad en que vivimos. Pues bien, en un futuro próximo el conocimiento preciso de nuestra posición será tan importante como conocer la hora del día.

Aunque existen diversos métodos para estimar la posición de un usuario (algunos de ellos muy de moda, como los basados en telefonía móvil), sin duda alguna el más preciso y conocido de todos es GPS (del inglés Global Positioning System). Inicialmente concebido por Departamento de Defensa estadounidense para uso militar, GPS proporciona un servicio de posicionamiento gratuito a todo el planeta (existe otro, más preciso, restringido a usuarios militares autorizados). De hecho, los usuarios pueden determinar su posición con un error del orden de 10 metros en horizontal y 15 metros en vertical. Al mismo tiempo, proporciona información temporal con una precisión del orden de nanosegundos. Esto ha motivado la proliferación de aplicaciones basadas en GPS en la última década. Y esta misma proliferación ha revelado algunos de los inconvenientes de GPS para uso civil.

Los usuarios demandan no sólo un servicio de posicionamiento preciso y una alta disponibilidad del mismo sin interrupciones (continuidad de servicio), sino que además requieren confianza en la posición que están obteniendo (integridad de la información). GPS está ahí, cualquiera puede usarlo ... pero bajo su propia responsabilidad. Si el sistema falla, no hay a quien pedirle responsabilidades (económicas o legales). Si un día se deja de proporcionar el servicio, tampoco. Y téngase en cuenta que, tratándose de un sistema militar, esto puede ser algo más que probable en tiempos de crisis. Piénsese ahora en una industria fuertemente basada en GPS (gestión de flotas, redes eléctricas, transacciones económicas, etc.) y en el impacto que tendría la suspensión del servicio en la economía y sociedad europeas. Por este motivo, la Comisión Europea y la Agencia Europea del Espacio (ESA) están desarrollando su propio sistema de navegación global por satélite, Galileo, que dotará a Europa de la independencia necesaria (en la operación del sistema) en lo que a esta tecnología (y sus aplicaciones) se refiere. Al mismo tiempo, cuestiones como la responsabilidad legal y la certificación para aplicaciones no militares serán tenidas en cuenta.

Para los usuarios, el verdadero beneficio será el uso conjunto de GPS y Galileo. Galileo, por sí solo, ofrecerá unas prestaciones ligeramente mejores, pero equiparables, a las de GPS. La redundancia de sistemas (GPS y Galileo) se antoja vital para algunas aplicaciones.

Pero todavía hay un hecho más importante. En determinados entornos, como las calles de una ciudad (ver gráfico adjunto), los edificios imposibilitan la recepción de la señal de los satélites. Mientras que en un entorno abierto (sin obstáculos) se reciben típicamente las señales de 8 satélites GPS, los edificios pueden hacer disminuir esta cifra por debajo de los 4 satélites necesarios para poder estimar la posición y el tiempo. Con Galileo la situación es similar. Pero con Galileo + GPS se tendrán típicamente 16 satélites en vista, lo que proporciona una visibilidad de satélites suficientemente buena incluso en entornos urbanos. Y, lógicamente, el disponer de mayor número de señales repercute en una solución de navegación más precisa.

Galileo consistirá en una constelación de 30 satélites orbitando alrededor de la tierra transmitiendo hasta 6 señales de radionavegación. Estas seis señales darán lugar a 5 servicios:

§ Open Service (OS): servicio gratuito de prestaciones similares a GPS

§ Safety of Life Service (SoL): con las prestaciones del OS, pero avisando a los usuarios “en tiempo real” cuando la precisión supere ciertos límites.

§ Comercial Service (CS): de mayor precisión y con garantía de servicio.

§ Public Regulated Service (PRS): de uso restringido y con una mayor continuidad de servicio.

§ Search and Rescue Service (SAR): contribuirá al sistema internacional de búsqueda y rescate COSPAS-SARSAT.

Se prevé que Galileo, actualmente en definición y desarrollo, esté operativo en 2008. Mientras tanto otro sistema europeo, EGNOS, que proporcionará un servicio de correcciones e información de integridad de GPS en Europa, entrará en funcionamiento en 2004. EGNOS ha sido (es) la primera fase de la estrategia europea en navegación por satélite.

En los próximos años, los usuarios no sólo navegarán con GPS o Galileo. Todo apunta a que los teléfonos móviles incluirán receptores Galileo, GPS y EGNOS, contribuyendo así a los servicios que ofrecerán dichos aparatos. Más todavía, y tal y como se apuntaba al principio, las propias técnicas de posicionamiento basadas en GPRS y UMTS serán totalmente compatibles con los anteriores, lo que nos lleva a un escenario Galileo+GPS+EGNOS+GPRS/UMTS. Y esto sin mencionar la hibridación con sensores (odómetros, giróscopos, etc.) a bordo de vehículos, o la utilización de cartografía digital. Preparémonos para conocer nuestra posición en nuestro planeta con un error, probablemente, inferior al metro.

 

 


Ángel Gavín





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