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La luna

Alberto Berdejo


La Luna es un satélite de la Tierra, como otros planetas tienen los suyos, y está lo suficientemente cerca de nosotros,( 384.400 km.), como para que la podamos ver con bastante detalle, incluso a simple vista.

Con unos prismáticos es posible observar los cráteres mayores ( la Luna está salpicada de ellos ) y ver con más detalle las zonas oscuras que reciben el nombre de mares.

A partir de las primeras observaciones con telescopio que realizó Galileo Galilei, y que publicó en su libro Sidereus Nuncius en 1610, a cada relieve de la Luna se le otorgó un nombre. Los cráteres tienen nombres de científicos y filósofos, tales como Copérnico, Aristoteles, o de personajes de la Mitología relacionados con la Astronomía, como Hércules o Atlas.

A lo largo de su órbita alrededor de la Tierra, la Luna presenta diferentes aspectos a los que llamamos fases. Al comienzo de un ciclo lunar, podemos ver en el Este una fina línea que, día a día, va haciéndose más gruesa, hasta formar un semicírculo, a esta fase la llamamos Cuarto Creciente. Cuando la vemos completamente iluminada esta Llena. Después empieza a adelgazar hasta que se ve otra vez la mitad de la Luna, pero esta vez al lado contrario del comienzo del ciclo, estamos en el Cuarto Menguante. Finalmente dejamos de verla en la fase de Luna Nueva.

En este dibujo se pueden ver las posiciones de la Luna con respecto a la Tierra, a lo largo de su órbita, y como esto da lugar a que veamos nosotros las diferentes fases.

El círculo rojo del centro, representa a la Tierra. Las flechas blancas a la izquierda es la luz del Sol.

A continuación vemos la órbita de la Luna alrededor de la Tierra, y el círculo exterior, representa el aspecto con el que vemos a la Luna según la posición que ocupa en su movimiento alrededor de la Tierra.

 

Para fotografiar la Luna

A los aficionados a la Astronomía, no solo nos gusta observar visualmente Luna y los demás astros, también intentamos, en la medida de nuestras posibilidades, tomar imágenes de ellos.

Aquí quiero mostrar como lo hago yo, y aunque cada aficionado tiene sus técnicas y trucos propios, con estas indicaciones y el material adecuado, cualquiera puede intentar con posibilidades de éxito esta tarea.

 

El Telescopio

 

El Telescopio es el instrumento a través del cual tomaremos las fotografías. No hace falta que sea de gran tamaño, aunque si de buena calidad, y provisto de una montura ecuatorial con un motor de seguimiento.

En la imagen se puede ver el telescopio con el cual fotografío a la Luna. Está colocado en soporte o montura de tipo ecuatorial, provisto de un motor que, una vez bien orientado el aparato con respecto al Polo Norte celeste, permite seguir a la Luna mientras tomamos la foto. Así es posible hacer exposiciones de varios segundos sin que nos salga movida.

En el extremo inferior del tubo óptico se encuentra el portaocular. Por ahí se observa la Luna poniéndole un ocular. Según el ocular que usemos la veremos más o menos ampliada la imagen. En esa parte es donde hay que acoplar la cámara fotográfica. 

 

 

Los accesorios

Además de un telescopio, son necesarios otros accesorios para poder fotografiar la Luna.

Primero es necesario una cámara del tipo que permite quitar y poner objetivos, del modelo reflex. Esta cámara la usaremos sin objetivo, ya que el objetivo será el propio telescopio.

Después hará falta un adaptador fotográfico que permita unir la cámara al portaocular del telescopio.

Para fotografiar la Luna entera no es necesario nada más, pero si deseamos sacar zonas más ampliadas, tendremos que añadir a la lista un ocular de unos doce milímetros de focal.

En la siguiente imagen se pueden ver estos accesorios y el orden en que hay que montarlos.

 

Aquí se puede ver el cuerpo de la cámara, sin objetivo, y un ocular, que se insertará en el adaptador fotográfico que vemos a la derecha. Este ocular se sujeta con el tornillo que vemos a un lado del adaptador.

Si queremos sacar la Luna entera el ocular no será necesario y se puede prescindir de él.

Después roscaremos el adaptador fotográfico al cuerpo de la cámara, y ya tendremos listo todo para sujetarlo al portaocular del telescopio.

El adaptador lleva una rosca a la que hay que ponerle una pieza denominada montura T. Esta montura por un lado tiene la rosca correspondiente al adaptador y por el otro la rosca o bayoneta correspondiente al modelo de cámara que tengamos. De esta forma el adaptador puede servir para cualquier tipo de cámara que tengamos, cambiando únicamente la montura T.

También hay que tener en cuenta el diámetro del portaocular que tenga el telescopio a la hora de adquirir un adaptador para el mismo. Los diámetros más comunes son de 24,5 y de 31,8 mm(1/4 de pulgada).

 

En la siguiente imagen podemos ver el aspecto de la cámara y el adaptador unidos. Y la cámara más el adaptador, unidos al tubo del telescopio.

 

 

Cómo fotografiar la Luna

Ya tenemos la cámara con su correspondiente adaptador colocados en el tubo del telescopio. Al cuerpo de la cámara le habremos puesto un cable disparador, es ese cable de color azul que vemos en la imagen anterior.

El telescopio lo tendremos bien alineado con el Polo Norte celeste, apuntando a la Luna y con el motor en marcha.

Por supuesto habremos puesto película en la cámara, esta puede ser en color o en blanco y negro si la vamos a revelar y ampliar nosotros mismos. En las fotografías que he tomado y que vienen a continuación he utilizado película en blanco y negro con una sensibilidad de 25 ISO, forzando el revelado a 50 ISO.

El número ISO es la medida de la sensibilidad a luz de la película. Cuanto más alto es éste menor tiempo de exposición hay que dar.

Se pone la velocidad de disparo de la cámara en la posición B. En esta posición el obturador se mantiene abierto todo el tiempo que se tenga apretado el cable disparador.

A continuación, mirando por el visor de la cámara, se enfocará la Luna lo mejor posible, ya que por el visor no se ve con demasiada claridad la imagen. Hay que asegurarse bien de este punto. También puede darse el caso de la imagen lunar no se vea con claridad a causa de la turbulencia atmosférica, si esto es así, lo mejor es dejarlo para otra ocasión, pues solamente conseguiremos perder el tiempo y la película. La imagen debe de ser muy estable para obtener buenas fotografías de la Luna.

Teniendo ya todo preparado, únicamente nos resta proceder a dar las exposiciones necesarias para las tomas.

Con una mano sostendremos una cartulina negra delante de la boca del telescopio, sin llegar a tocarlo para evitar que se mueva. Con la otra mano se sujeta el cable disparador y lo apretaremos, esperaremos que se calmen las vibraciones producidas por el disparo, y daremos la exposición levantando y bajando la cartulina, tal y como hacían los fotógrafos del siglo pasado. O sea, primero levantamos la cartulina, se cuenta el tiempo de exposición, que por este sistema varía entre uno y dos segundos, y se vuelve a bajar, después se puede soltar el cable disparador y así se cerrará el obturador de la máquina fotográfica.

Con este sistema de lo que se trata es de evitar cualquier tipo de vibración que pueda estropear la toma, ya que al hacer el disparo se transmite al conjunto del telescopio todo el traqueteo de la mecánica de la cámara. Así obtendremos fotografías del estilo de estas que siguen.

 

 

La luna en cuarto crecinte, tomada con el sistema citado anteriormente. Sin ocular, para que, al tener menos tamaño la imagen, pudiese caber entera en el negativo. Le he añadido

los nombres de los mares y de los crateres principales.

 

 

En la toma de la derecha se puede apreciar, más ampliada, la zona norte de la luna. Hecha con ocular para mayor ampliación.

 

 

 

Esta foto es una continuación de la anterior. Corresponde al sur de la luna.

 

 

 

 

 

 

 

Esta imagen y las que vienen a continuación corresponden a zonas tomadas con más ampliación que la anterior.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aquí he marcado el lugar donde alunizó el Apolo XI

 

 

 

Algunos cráteres lunares

A continuación viene una lista de con los nombres y tamaños de algunos de los principales cráteres que aparecen en las fotografías que he mostrado.

- Plato. Se trata del filósofo griego Platón, discípulo de Sócrates .Diámetro, 101 km.

- Aristoteles. Filósofo griego, cuyas enseñanzas influyeron a Europa durante varios siglos. Diámetro, 87km.

- Eudoxus. Discípulo de Platón. Ideo un sistema de esferas concéntricas, que rotaban alrededor de la Tierra, para explicar los movimientos de los astros. Diámetro, 67 km.

- Atlas. Según la mitología griega era uno de los Titanes, que sostenía el Cielo sobre sus hombros. Diámetro, 87 km.

- Archimedes. Matemático griego. Descubrió el principio del equilibrio hidrostático. Diámetro, 83 km.

- Copernicus. Nicolás Copérnico, famoso astrónomo polaco, uno de los fundadores de la Astronomía moderna gracias a su sistema heliocéntrico, por el cual el Sol era el centro del Sistema Solar. Diámetro, 93 km.

- Ptolemaeus. Claudio Tolomeo, astrónomo griego que dominó durante siglos con sus teorías geocéntricas el pensamiento astronómico. Diámetro, 153 km.

- Alphonsus. Es Alfonso X, "El Sabio", Rey de Castilla. Con su patrocinio se confeccionaron las "Tablas Alfonsinas", que estuvieron en uso hasta bien entrada la Edad Moderna. Diámetro 96 km.

- Arzachel. Al-Zarkala, astrónomo de Al-Andalus, Autor de las "Tablas de Toledo". Diámetro 97 km.

- Theophilus. Obispo de Alejandría. Diámetro, 100 km.

- Cyrillus. También Obispo de Alejandría, sucesor de Theophilus. Diámetro 98 km.

- Catharina. Santa Catalina de Alejandría, patrona de los filósofos cristianos. Diámetro, 100 km.

 

Y así podíamos estar nombrando cráteres y accidentes lunares sin parar, porque la Luna es, por derecho propio, un mundo. Pero al que, con un modesto telescopio o unos prismáticos, podemos explorar desde la ventana de nuestra casa, y al que nunca nos cansaremos de mirar. Siempre habrá algún detalle diferente, un cráter al que la iluminación le hace cambiar de aspecto.

Merece la pena dedicarle un poco de tiempo a nuestra amiga la Luna.


Alberto Berdejo





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