Así lo asegura hoy el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) con motivo del 50 aniversario del funcionamiento del primer reactor nuclear civil, puesto en marcha el 26 de junio de 1954 en Obninsk, 100 kilómetros al suroeste de Moscú.

El OIEA, un organismo técnico de la ONU pero con fuerte presencia política en los últimos años debido a las crisis nucleares en países como Irak, Irán y Corea del Norte, celebra en la capital rusa entre el 27 de junio y el 2 de julio próximo una Conferencia internacional sobre el futuro del sector nuclear.

En vísperas de este encuentro, que reunirá a más de 500 expertos de todo el mundo, el director general del OIEA, Mohamed El Baradei, señala en un comunicado emitido en Viena que "cada vez más países optan por la energía nuclear y por los beneficios que ofrece ésta para el medio ambiente y el crecimiento económico".

El responsable del OIEA recuerda asimismo que "nuevas plantas de energía nuclear son más atractivas en aquellos países en los que la demanda energética crece y las fuentes alternativas son escasas".

Pese a la decisión de cuatro países europeos (Suecia, Alemania, Bélgica y Holanda) de abandonar a largo plazo la energía atómica, el futuro del sector en Europa y en América del Norte no está nada claro en medio de una creciente demanda energética y preocupaciones sobre el calentamiento global, señala el OIEA.

Finlandia es actualmente el único país de Europa Occidental que prevé construir una nueva planta nuclear, mientras que en EEUU el 75 por ciento de las 104 instalaciones atómicas en funcionamiento han pedido una extensión de sus licencias para operar durante 20 años más del plazo estipulado inicialmente.

Rusia, por otra parte, construye ocho plantas nuevas, al tiempo que otros países ex comunistas como Bulgaria o Eslovaquia también han expresado la intención de ampliar su capacidad nuclear en el futuro próximo, algo que causa preocupación en países como Austria, que no dispone de un programa nuclear por razones de seguridad.

En el mundo hay 442 plantas de energía atómica en 31 países distintos, según el OIEA, que detalla que apenas 39 de éstas instalaciones se encuentran en países en vías de desarrollo, como China e India, dos naciones con más de mil millones de habitantes cada una, que son clave para el control y la reducción de gases contaminantes en el futuro.

Sólo el 2,2 por ciento de la energía necesaria en China proviene actualmente de plantas nucleares, mientras que en India ese porcentaje asciende hasta el 3,3 por ciento, indica el OIEA.

En el caso de China, un incremento de la energía nuclear hasta el 25 por ciento del total requerido, lo que correspondería a la media de los países industrializados, significaría multiplicar por 90 la capacidad nuclear de ese país, aseguró en declaraciones a EFE Alan Mc Donald, experto nuclear del OIEA.

"La cifra suena dramática, pero hay que tener en cuenta que estamos partiendo de una base muy baja", recordó.

En estos momento, un 16 por ciento de la energía generada en el mundo procede de plantas nucleares.

Francia es el país que más depende de la energía nuclear, con un 78 por ciento de su consumo total energético, mientras que Lituania, cuyos dos reactores le dan un 80 por ciento de su energía, deberá cerrar sus plantas atómicas hasta el año 2009 en el marco de su adhesión a la Unión Europea (UE).

El principal problema de la energía nuclear, cuya generación a diferencia del carbón o el petróleo no ensucia el medio ambiente con gases contaminantes, son los desechos radiactivos que dejan estas plantas, reconoce el organismo de la ONU.

Las 442 instalaciones en todo el mundo producen cada año material radiactivo desechable que podría llenar un campo de fútbol con una profundidad de 1,5 metros, calculan los expertos del OIEA.

En estos momentos, sólo Estados Unidos, Finlandia y Suecia estudian la construcción de depósitos en zona geológicas a miles de metros de profundidad para deshacerse de estos materiales que seguirán siendo radiactivos durante miles de años más.

Rusia, por su parte, ha propuesto crear un depósito internacional en su territorio para acumular todos los desechos radiactivos procedentes de plantas atómicas, en un intento de proteger estos materiales del abuso por parte de grupos terroristas.

En cuanto a la seguridad de las propias plantas, el OIEA recuerda que en el mundo siguen existiendo 17 reactores del tipo RBMK, el mismo que explotó en 1986 en Chernobyl.

Después de ese accidente -con diferencia el peor de la historia- las medidas de seguridad en los distintos tipos de reactores, incluyendo los RBMK, han sido mejoradas y son el principal énfasis en cualquier proyecto nuclear, asegura el OIEA.