El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo volverá a gestionar el grueso de las ayudas públicas a empresas para Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica (I+D+i). La medida supondrá un merma de competencias para el Ministerio de Educación, que junto a Industria asumió las funciones del desaparecido Ministerio de Ciencia y Tecnología. La división llevada a cabo por el nuevo Ejecutivo socialista dejó en manos de Educación el 50% de los programas de I+D+i de carácter empresarial, por ejemplo, los destinados a la automoción, la química, la farmacia o la alimentación.

Según fuentes patronales, Industria pasará a gestionar aproximadamente el 70% del gasto en I+D+i del denominado programa Profit, cuya dotación para 2004 asciende a 900 millones de euros, entre subvenciones directas y créditos reembolsables. Educación y Ciencia tendrá el 23 por ciento y el restante siete por ciento corresponderá a otros departamentos, como Defensa, Agricultura y Fomento.

El secretario general de Industria, Joan Trullén, ha confirmado que Industria "ha recuperado la mayor parte de los programas de I+D+i empresarial del Profit", aunque evitó pronunciarse sobre los porcentajes exactos que finalmente gestionará su departamento a la espera de que se constituya una comisión intergubernamental que decida el destino de los fondos.

Trullén, que el pasado viernes participó en el Observatorio desde Catalunya, el foro de debate organizado por Expansión, patrocinado por la Fira, y que cuenta con la colaboración de KPMG, explicó que el Ejecutivo incrementará anualmente un 25% el gasto en I+D y que de esta forma dará cumplimiento a la promesa electoral del PSOE. "Las industrias tendrán un apalancamiento suficiente para arrancar e invertir más en investigación", indicó el número dos de Industria. Actualmente, España se sitúa a la cola en gasto en investigación, con el 0,5% del PIB. La intención es que en el horizonte de 2010, y siguiendo las recomendaciones de las cumbres europeas de Lisboa y Barcelona, el gasto alcance el 3% del PIB. De este porcentaje, el 2% corresponderá a la iniciativa privada y el 1% al sector público.

Para movilizar al capital empresarial, el Gobierno desarrollará nuevas políticas de apoyo a la investigación, que incluirán "subvenciones, créditos y beneficios fiscales", según avanzó Trullén. "Estamos dibujando programas y partidas de cara a los próximos presupuestos. En dos años, el empresario encontrará un marco muy favorable para la investigación", indicó el secretario de Industria, quien animó a los empresarios a "romper" tendencias históricas en gasto en investigación. "Haced un esfuerzo en I+D. Dedicad dinero a investigación", espetó a la docena de presentes del Observatorio.

Una importante palanca de la nueva política de I+D será el apoyo a los centros tecnológicos sectoriales que desarrollan las comunidades autónomas y que en su conjunto no superan el gasto de los dos primeros laboratorios farmacéuticos de España. Los centros prestarán servicios a las pymes que no tengan suficiente dimensión y deberán atender a la demanda más allá de su ámbito de actuación local. "En este campo -indicó Trullén-, nuestro modelo es Alemania, donde los länder actúan en colaboración con el obierno federal.

"La coordinación es básica en nuestra política industrial", dijo. Así, el Gobierno convocará para septiembre una Conferencia Sectorial de Industria y promoverá un Pacto Industrial entre autonomías, agentes sociales y autoridades externas. Trullén avanzó que uno de los objetivos del pacto será lograr que la moderación salarial se destine a gasto en I+D y formación dentro de las propias compañías.

Entre las prioridades del nuevo Ejecutivo está el atraer capital extranjero a España interesado en invertir en I+D. "Queremos que nuestro país pase a ser la Irlanda del sur de Europa. A diferencia de aquella, nosotros tenemos una base tecnológica más amplia", explicó Trullén.

Una de las mayores preocupaciones del Gobierno en el terreno industrial está en aumentar considerablemente la competitividad de las empresas españolas, que se sitúa por debajo de la media europea y de los mayores países industrializados del mundo. En opinión de Trullén, en los ocho años de Gobierno del PP "ha habido un crecimiento alocado de la economía, pero con unos resultados muy pobres en cuanto al incremento de la productividad.

"En la nueva etapa -argumentó- seguiremos creciendo pero con un alza de la productividad mayor, de tal forma que aceleraremos el proceso de convergencia con la UE". Y lanzó la siguiente reflexión: "Alcanzar a países como Gran Bretaña no es un sueño. El nuevo entorno de tipos de interés que se dibuja abre para España una gran oportunidad. El problema no es de crecimiento, sino de modelo de crecimiento".

Autor: Joan Corbera