Una carga eléctrica, positiva o negativa, es una fuente que genera a su alrededor un campo eléctrico que ejerce una fuerza sobre otras cargas que estén al alcance del campo. El campo eléctrico E se expresa en Voltios/metro (V/m).
Si en vez de una carga, hay muchas cargas eléctricas dentro de un conductor –por ejemplo, electrones en un cable- sometidas a una diferencia de tensión, voltaje, éstas generan un campo eléctrico.
Si además, estas cargas están en movimiento debido al paso de una corriente eléctrica, junto al campo eléctrico se genera un campo magnético que actúa provocando una fuerza sobre otras corrientes eléctricas. El campo magnético H se expresa en Amperios/metro (A/m), aunque es más habitual representarlo por la inducción magnética o densidad de flujo magnético B (B=mH), que se expresa en Tesla (T).
Al originarse juntos el campo magnético y el campo eléctrico se puede intuir que estos tienen una relación especial, en física la relación entre los dos campos viene dada por las ecuaciones de Maxwell, y especialmente por el vector Poynting. Las ecuaciones de Maxwell predicen la existencia de ondas electromagnéticas, es decir una onda compuesta por los dos campos el eléctrico y el magnético. El campo electromagnético tiene la propiedad de transmitir energía a grandes distancias mediante ondas, energía que está relacionada con el vector de Poynting S, que no es mas que el producto vectorial del campo eléctrico y el campo magnético, S = E x H, y describe como se propaga el campo electromagnético y por ende el campo eléctrico y el campo magnético.
En resumen, las fuentes del campo eléctrico son las cargas eléctricas y del campo magnético las fuentes son las corrientes eléctricas. El campo eléctrico cuando se genera por cargas estáticas –que no se mueven- no se genera junto a ningún campo magnético. El campo magnético se genera por el movimiento de cargas y siempre se da junto a un campo eléctrico, propagándose mediante ondas electromagnéticas.
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