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España participa en el diseño y construcción de la nueva gran instalación científica del CERN
04/06/2004   ABC Periódico Electrónico S.A.
La participación española en la construcción del gran colisionador de hadrones (LHC) del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) está considerada como muy importante para tratar de detectar la partícula elemental «Higgs», cuya existencia, postulada teóricamente hace años, todavía no ha podido ser observada. Investigadores del Instituto de Microelectrónica del CSIC, situado en Barcelona, están diseñando y fabricando diez mil adaptadores de paso que forman parte del macrodetector que se situará en uno de los puntos de colisión del LHC.

Además de la fabricación de estos componentes, este centro, junto con el Instituto de Física Corpuscular de Valencia, está implicado en el desarrollo general de los módulos sensores, así como en su ensamblado y verificación. La construcción del macro-detector se lleva a cabo dentro del proyecto «Atlas», en el que participan dos mil investigadores de treinta y cuatro países.

 

La partícula de «Higgs» es uno de los grandes objetivos de diversos equipos, ya que está directamente relacionada con el mismo concepto de masa del resto de las partículas y se la considera responsable de que unas partículas sean más pesadas que otras. Los científicos utilizarán también el LHC (Large Hadron Collider) para desvelar por qué las partículas fundamentales tienen masa.

 

Esta importante colaboración española se produce cuando el CERN cumple cincuenta años de existencia, tras el acuerdo suscrito en 1954 por doce países para construir esta gran instalación científica en la que actualmente trabajan siete mil científicos y que, desde entonces, sigue en vanguardia de la investigación. Situado en la frontera franco-suiza, al oeste de Ginebra, el Laboratorio Europeo de Física de Partículas, que dispone del mayor complejo mundial de aceleradores interconectados, es el ejemplo más notorio de la colaboración científica internacional.

 

Como explicó en un acto celebrado en el Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (antigua Junta de Energía Nuclear) el profesor Antonio Ferrer, de la Universidad de Valencia, la física de altas energías nace y evoluciona en España de forma caótica, hasta que en 1983 ingresamos en el CERN y, desde ese momento, se produce una evolución impresionante en esta disciplina científica. Cuando dentro de dos años se inaugure el LHC, este gigantesco acelerador situado a un metro de altura sobre la base del actual sincrotrón LEP y a cien metros bajo la superficie tendrá un perímetro de 27 kilómetros.

 

La investigación en el CERN tiene otras facetas, como la biomédica. Ya se han obtenido los primeros resultados de un experimento para comprobar la eficacia de antiprotones en células cancerígenas de animales de laboratorio.

Autor: José María Fernandez-Rúa