Narbona, que inauguró en Madrid el seminario sobre Protocolo de Kioto organizado por el Club Diálogos para la Democracia, indicó que "ese mayor tiempo se podrá emplear muy bien en una mayor consulta pública" con sectores, sindicatos, organizaciones sociales y comunidades autónomas, y aseguró que "no va a haber grandes sacrificios (para empresas)".
Se "ha dramatizado muchísimo quizás de forma interesada se ha querido hacer aparecer el reto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país como algo inalcanzable o alcanzable a un coste excesivo, y pronto se verá que eso no es así, y que por el contrario esto significa mejorar y mucho la competitividad de la economía española por la vía de reducir nuestra enorme dependencia exterior de los combustibles fósiles", aseguró.
En este sentido, la ministra recordó que "aunque no hubiera Protocolo de Kioto, es saludable avanzar hacia una menor dependencia de los combustibles fósiles y a una mayor eficiencia energética", y que deben cumplirse directivas europeas como la de energías renovables o eficiencia energética en edificaciones. Narbona recordó que España ha crecido en los últimos años basándose en un empleo precario, en un incremento del consumo energético por encima del PIB y aumentando emisiones.
La titular de Medio Ambiente apostó por crecer económicamente pero con empleos estables y menor contaminación, así como con una disminución de la intensidad energética por unidad de producto.
"España es hoy más dependiente en energía que hace diez años, y consume más energía por unidad de PIB que hace diez años --indicó--.
Hay que ajustar el consumo de energía a la baja en términos del PIB, porque si no España será un país muy vulnerable, ya que su economía está excesivamente vinculada a los combustibles fósiles", expuso en su intervención.
En cuanto al borrador del plan de asignación, la ministra explicó que se propondrán dos escenarios: un cambio de tendencia en el periodo 2005-2007, y una disminución más potente para el segundo periodo de 2008-2012. Además, en la primera fase ya se incluirán no sólo los sectores afectados por la directiva de comercio de emisiones, sino los "techos" para los no incluidos.
La ministra pidió que los mecanismos de comercio de emisiones se utilicen por las empresas como una "oportunidad" para tener "presencia internacional", especialmente en Latinoamérica.
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