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Campos electromagnéticos y riesgos sobre la salud

27/02/2004 Carlos Llanos


Hasta hace poco más de cien años la única fuente de campo electromagnético a la que una persona estaba expuesta era natural –sol, radiactividad natural, campo estático de la Tierra, etc.–. Hoy en día es difícil imaginar la sociedad sin la electricidad, los electrodomésticos, la radio, la televisión o la telefonía móvil, que son aplicaciones que generan y utilizan campos y ondas electromagnéticas.

Nadie cuestiona la utilidad de los avances tecnológicos, que hacen más cómoda la vida cotidiana, sin embargo, en los últimos años se ha generado una cierta preocupación por los hipotéticos efectos de estos campos electromagnéticos sobre la salud humana.

Por ello, en el V CONAMA se decidió crear un grupo de trabajo específico sobre los campos electromagnéticos, en el que se recogiera la opinión de los investigadores que trabajan sobre el tema, de las empresas que desarrollan sus aplicaciones, de las Administraciones que regulan este desarrollo y, por supuesto, de los ciudadanos, que somos todos, usuarios de las aplicaciones y receptores de los posibles daños que pudieran causar. Esta línea tuvo su continuidad en el VI CONAMA, con la organización de una jornada técnica que, además de la normativa y el desarrollo de las infraestructuras de telecomunicación y su impacto ambiental, abordó el riesgo sobre la salud de los campos electromagnéticos.

Para disponer de información rigurosa sobre los riesgos para la salud de los campos electromagnéticos de 0 Hz a 300 GHz es necesario realizar una evaluación del riesgo, metodología ampliamente utilizada por los organismos internacionales, y que se compone de:

1. Identificación de los peligros del agente estudiado: toxicología, propiedades físico-químicas, clínica, epidemiología, etc.

2. Evaluación de los efectos: cuantificación de la relación dosis-respuesta.

3. Evaluación de la exposición: magnitud cuantitativacualitativa, tipo, duración, distribución en la población, severidad, etc.

4. Caracterización del riesgo: aceptabilidad, percepción pública, medidas para su reducción, etc.

La investigación sobre hipotéticos efectos nocivos ha abarcado efectos cancerígenos, alteraciones del comportamiento y psiquiátricas (depresiones), efectos sobre la fertilidad y la reproducción, alteraciones en determinados componentes de la sangre, enfermedades neurológicas, etc. En conjunto, las investigaciones sobre efectos biológicos de los campos electromagnéticos han generado más de 25.000 artículos científicos (datos de la Organización Mundial de la Salud), lo que posiblemente los convierte en el agente más estudiado de la historia.

Las conclusiones son que la exposición a campos electromagnéticos de 0 Hz a 300 GHz suficientemente intensos puede producir una serie de efectos agudos como estimulación muscular y nerviosa o el incremento de la temperatura. Sin embargo, no se conoce relación con ninguna enfermedad (efecto a largo plazo). Estas conclusiones pueden resumirse en:

• A intensidades de campo electromagnético habituales, e incluso a niveles bastante más altos, no se conoce un mecanismo biofísico o bioquímico de interacción plausible por el cual puedan producirse efectos nocivos para la salud.

• Los estudios experimentales sobre células o tejidos aislados, sobre animales y sobre voluntarios no indican que los campos electromagnéticos, a las intensidades comúnmente encontradas, tengan efectos nocivos. En particular, los estudios de laboratorio no han mostrado efectos sobre las distintas etapas de la carcinogénesis o sobre la fertilidad y la reproducción.

• Los estudios epidemiológicos, tanto de exposición laboral como residencial, no han hallado evidencias de un incremento del riesgo de ningún tipo de enfermedad para la salud.

• Todos los comités científicos de expertos y organismos internacionales que han estudiado el tema han expresado que, cumpliendo los límites recomendados, no existen riesgos para la salud pública por exposición a campos electromagnéticos de 0 Hz a 300 GHz.

Subsiste aún una cierta controversia en el ámbito de los estudios epidemiológicos sobre leucemia en niños que viven cerca de instalaciones eléctricas. Pues, a pesar de que los más recientes no han hallado evidencias de que exista una relación, se observa en los análisis del conjunto de estudios un incremento del riesgo cuando la exposición es elevada, afectando a menos de un 1% de la población.

Sin embargo, no se puede descartar que esta observación sea debida a sesgos y, dada la ausencia de evidencia experimental, diversos organismos –entre los que se encuentran el Comité Científico Director de la Unión Europea y el Ministerio de Sanidad y Consumo de

España– consideran que no es necesario implementar actuaciones específicas para la gestión del riesgo de la exposición a este tipo de campos ni una modificación de la normativa de exposición existente.

Esta normativa es la Recomendación del Consejo Europeo relativa a la limitación de la exposición de los ciudadanos a los campos electromagnéticos de 0 Hz a 300 GHz

(1999/519/CE), que se basa en la guía de ICNIRP (Comisión Internacional para la Protecciónfrente a las Radiaciones No Ionizantes), organismo vinculado a la Organización Mundial de la Salud.

Por último, corresponde a las autoridades sanitarias realizar una labor de comunicación del riesgo, elaborando y difundiendo la información pertinente en un formato sencillo y adecuado con el objetivo de explicar los conocimientos más actuales sobre los campos electromagnéticos y transmitir a la sociedad un mensaje de tranquilidad sobre sus hipotéticos efectos sobre la

salud. En este sentido, un Comité de Expertos Independientes reunido por el Ministerio de Sanidad y Consumo publicó en mayo de 2001 el informe Campos electromagnéticos y salud pública [disponible en http://www.msc.es/salud/ambiental/home.htm].


Carlos Llanos



Más Información

campos electromagnéticos y salud
www.conama.es/viconama/ds/pdf/54.pdf