El informe señala que la participación de la industria ha descendido considerablemente en las primeras convocatorias de propuesta del VIPM. En concreto, las PYME han encontrado dificultades evidentes a la hora de utilizar los nuevos instrumentos, fundamentalmente las Redes de Excelencia.

Tal y como señala el grupo de expertos en su documento, la participación de las PYME en los programas marco es fundamental para contribuir a que Europa aumente la inversión en I+D y alcance el objetivo de invertir el 3% PIB en investigación. Ante esta realidad, se esperaba que un 15% de la participación en el VIPM corriera a cargo de PYME y, sin embargo, el nivel actual de participación se limita a un 13%.

Pero la participación no sólo ha sido dificultosa para el sector industrial. Los grupos científicos de los nuevos Estados miembros también han encontrado obstáculos, aumentando su participación demasiado lentamente, lo cual se debe en parte a la introducción de los nuevos instrumentos, ya que las barreras para coordinar proyectos presentados bajo PI o RdE son numerosas. Así, el coste del proceso de preparación de proyectos es elevado, es necesarios ser una autoridad en el campo en concreto objeto del proyecto para ser aceptado como coordinador del mismo y, para coordinar los grupos dedicados a llevar a cabo los proyectos, es necesario contar con la necesaria capacidad de gestión, capacidad de la que carecen los científicos de los nuevos Estados miembros.

A la vista de esta realidad, el grupo de expertos ha propuesto una serie de recomendaciones a tener en cuenta para el Séptimo Programa Marco e incluso para lo que resta del VIPM.

Por un lado, se debería atraer a los grupos científicos emergentes, en lugar de desmotivarles, así como a las empresas más innovadoras, puesto que desempeñarán un papel fundamental en la estructuración del Espacio Europea de la Investigación.

Por último, en el Séptimo Programa Marco debería facilitarse la participación de las PYME, siendo más flexible.