Castells, que ha presidido la clausura de la III Jornada Gresol, que este año se dedica al desarrollo sostenible, ha admitido que existe "una gran preocupación sobre la aplicación en España de los compromisos de Kioto" entre el empresariado.

En este sentido, los objetivos fijados para España en Kioto suponen que tan sólo podrá aumentar sus emisiones de CO2 un 15 por ciento hasta 2012 (con respecto a las que se realizaban en 1990).

Según el Protocolo, si se sobrepasan estas emisiones, España tendrá que pagar "derechos de emisión".

Para Castells, el hecho de que empresas españolas tengan que abonar una cuota a las de otros países que "contaminan igual", pone de manifiesto que el PP "pactó unas muy malas condiciones para España", lo que obliga a replantearse la aplicación de estos compromisos porque "podríamos perjudicar a las empresas".

Por otra parte, Castells ha mostrado su inquietud por el hecho de que "en los últimos diez años Cataluña haya perdido liderazgo económico y empresarial".

"Hemos perdido iniciativa, dinamismo y capacidad para ser la capital económica de España como siempre hemos hecho. Es algo que tenemos que recuperar entre todos", ha afirmado.

Por su parte, el Secretario de Industria del Gobierno, Joan Trullén, ha alertado de que en los últimos ocho años España se ha situado "a la cola" de la productividad, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OCD).

Trullén ha asegurado que una de las principales prioridades del Ejecutivo socialista en materia económica es impulsar "un nuevo modelo de desarrollo de base industrial" que promueva el crecimiento de la productividad".