Según el presidente ejecutivo de la Fundación Europea de la Ciencia, Bertil Andersson, la investigación en Europa carece de una estructura coherente. Esto origina trabas a la movilidad de los investigadores y ubica en una situación arriesgada a la investigación comunitaria. "Los sistemas profesionales en la UE son demasiado heterogéneos. Resolver este problema constituye la cuestión más importante para el próximo éxito de la ciencia europea", señaló.
Según este experto, "hacen falta cambios estructurales en los centros nacionales de investigación que reflejen la necesidad de los investigadores de trasladarse a otros países europeos".
Christine Heller del Riego, de la asociación de científicos europeos 'Euroscience', añade que la movilidad debe facilitarse pero nunca imponerse. "Tenemos que adaptarnos a las situaciones, por ejemplo al hecho de que las mujeres no suelen tener tanta movilidad, y no se debe olvidar que estos traslados son solamente un instrumento".
Asimismo, el comunicado de la Fundación Europea de la Ciencia hace un llamamiento a la participación de las organizaciones europeas y pone como ejemplos de buenas prácticas a ESF (Fundación Europea de la Ciencia) y EMBO, la Asociación Europea de Biología Molecular.
La Unión Europea ya publicó en 1996 en un libro verde las medidas que los Estados miembros debían tomar con el fin de facilitar la movilidad de sus investigadores para fomentar las investigaciones europeas.
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