Un equipo científico del observatorio Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia (EE UU) ha investigado este efecto y advierte que puede hacer que el mundo sea en el futuro más seco y más oscuro. Sus resultados se han publicado en la revista Geophysical Research Letters.
La cuestión es que la radiación solar está siendo tanto atrapada como reflejada por las nubes y las capas de aerosoles, reduciendo la cantidad de radiación solar que normalmente llegaría al suelo. Es obvio que los gases de efecto invernadero atrapados en la atmósfera provocan el calentamiento global, pero el aumento de temperaturas es más rápido o más lento en función de esa capa de nubes y aerosoles.
Los investigadores de Columbia concluyen que el efecto de la menor radiación solar unido al calentamiento en la superficie hará que los flujos turbulentos de calor sean más débiles, provocando una reducción de la evaporación y de las precipitaciones, es decir, que el mundo será más seco.
Aunque el aumento de las temperaturas humedecerá la atmósfera, los aerosoles emitidos por la acción humana hará que se condense el agua formando gotas de las nubes más pequeñas, lo que está ya provocando el observado aumento de grosor de las capas nubosas del planeta, explican los expertos del Observatorio Lamont-Doherty. Las gotas, al ser más pequeñas no son suficientemente pesadas como para caer por el aire en forma de lluvia. Como resultado, la capa nubosa dura más tiempo y llueve menos.
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