"Tenemos pocos beneficios y es muy duro dedicar parte de las ganancias a investigar sobre un producto, que no sabes cuándo podrá salir al mercado". Ésta es la respuesta más frecuente que dan las pequeñas y medianas empresas que dedican gran parte de sus ahorros a la Investigación y Desarrollo. La pyme española ha empezado a tener conciencia de la importancia de la investigación, pero todavía no se ha llegado a una asimilación completa. Ahora tan sólo el 20% de las pymes realiza innovación tecnológica en sus negocios y, de éstas, sólo el 30% de las industrias acomente también tareas de I+D.

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta una compañía es el elevado coste que tiene un proyecto de este tipo, junto con el desconocimiento sobre los organismos que pueden ayudarle y financiarle. El I+D+i es la llave para poder sobrevivir en el futuro y, por eso, el Gobierno está intentando incentivarlo a través de las deducciones fiscales. A pesar del gran desconocimiento de las empresas, España es uno de los países que más se ha beneficiado fiscalmente del I+D+i, comparado con otros países de Europa.

El Estado deduce hasta el 30% de los gastos del proyecto y hasta el 50% sobre el exceso de inversión, respecto a la media del gasto de los dos años anteriores. Además, si se contrata a personas exclusivamente para la investigación o se trabaja con universidades u organismos públicos se puede descontar hasta un 10 por ciento adicional.

A pesar de estos incentivos, pocas empresas destinan sus beneficios a I+D y quien lo hace todavía no ha visto todos sus frutos, porque es una labor muy lenta. "El trabajo en I+D es como una carrera de fondo en la que hay que trabajar duro con una meta a largo plazo", comenta José María Insenser, presidente de Sidsa, también denominada, Semiconductores y Diseño. Esta compañía factura 20 millones de euros, y dedica 4 millones todos los años a I+D. "Gracias a nuestra apuesta por la investigación hoy diseñamos chips made in Spain y tenemos el 90% de nuestras ventas en China", explica Insenser.

"La pyme empieza a ser consciente de la incorporación de la innovación a sus actividades, es decir, que comienza a existir una conciencia de lo que es la actividad y que parte de la actividad de la empresa se debe a este concepto de Investigación y Desarrollo; pero todavía está lejos de saber gestionar esta labor", asegura Rafael Jiménez, secretario general de la Asociación de Empresarios de Henares (AEDHE).

Para conseguir que la empresa investigue, en muchos casos es necesario que cuente con los materiales tecnológicos adecuados, hecho que todavía no ocurre en muchas pymes, a pesar de que el 64% de las empresas españolas asegura que la medida más importante para avanzar tecnológicamente es la adquisición de la maquinaria avanzada y de equipamientos tecnológicos.

Por eso, el Gobierno también deduce a las empresas un 10% de los gastos que tengan en Internet, en su presencia en las nuevas tecnologías, comercio electrónico o incluso en la primera incorporación al mundo de las tecnologías, según relata el libro Guía Práctica para el Empresario sobre I+D+i.

"Además, las pymes pueden acogerse a los programas de fomento sobre la incorporación de doctores y tecnólogos, como por ejemplo el Programa Torres Quevedo. Recibir este tipo de programas es muy beneficioso económicamente para las empresas porque se pueden reducir también los costes del personal adscrito a las actividades de I+D+i", comentó Jiménez.

FINANCIACIÓN

A pesar de todas las deducciones que se puedan realizar, uno de los principales inconvenientes que tienen las pequeñas y medianas empresas es conseguir la financiación inicial para desarrollar el proyecto. Hay muchas subvenciones y organismos que ayudan a obtener la cuantía necesaria, pero en algunos casos son desconocidas para la pyme.

Antes de realizar el proyecto, uno de los caminos más sencillos y cómodos es acudir a las empresas o entidades del sector. Las cámaras de comercio aseguran que ésta es una vía muy adecuada, pero poco empleada por los negocios. Al contar con una colaboración externa se pueden solucionar muchos problemas en la compañía, porque son ellos los que se encargan de la coordinación, presentación de las líneas públicas y de ejecución.

Además, es necesario que la pyme esté informada de las ayudas públicas que exiten en I+D, tanto a escala nacional como regional, y en el caso de contar con socios de otros países europeos, la empresa también tiene acceso a las líneas de la Unión Europea.

En este sentido, muchos organismos públicos tienen servicios para mantener siempre informadas a las empresas sobre las fechas y el calendario para presentar las solicitudes, así como con el apoyo necesario para gestionar y tramitar la presentación de proyectos. "La pyme puede acudir bien a medios públicos y gratuitos de asesoramiento, o bien a los servicios de las consultoras especializadas en las subvenciones y ayudas a las pymes", comentan los expertos de AEDHE.

El Plan Nacional de I+D+i para 2004-2007 que ha realizado el Gobierno es el principal incentivo para las empresas. A través de este proyecto se pretende alcanzar el 1,22% del PIB para 2005 en I+D, con una inversión de más de 9.200 millones de euros en los dos primeros años.

El tercer pilar de financiación, pero no por ello menos importante, son las líneas de créditos específicos para la financiación de proyectos que proporcionan diferentes entidades, dependiendo de la naturaleza y del nivel de inversión, como puede ser CDTI.

"Estas líneas puedan ser muy útiles para las pequeñas y medianas empresas, puesto que permiten la obtención de créditos que cubren los costes del proyecto, a muy bajo interés o incluso a interés 0, con condiciones muy cómodas para la devolución. Con estas vías, la pyme puede planificar sus recursos y estudiar los riesgos de los costes de su proyecto, teniendo en cuenta los resultados esperados", aseguró AEDHE.

Tampoco hay que olvidar a las entidades de capital riesgo, que suelen ser el salvavidas de muchas empresas que quieren expandir su negocio pero no tienen acceso al mercado de valores o no pueden obtener préstamos, porque su liquidez sólo les permite atender el servicio de deuda después de unos años de crecimiento.

Las entidades de capital riesgo toman una parte minoritaria de la compañía de forma temporal. La empresa inversora tiene la obligación de darle una parte de los beneficios a la entidad, a la vez que la entidad se encarga de financiar los nuevos proyectos de la empresa, además de facilitarle los consejos oportunos dentro de la junta de accionistas.

En una línea similar, también trabajan las Sociedades de Garantía Recíproca, porque se encargan de avalar a las empresas que no pueden conseguir por sí solas el crédito que necesitan. Este tipo de sociedades se encuentra en todas las comunidades autónomas y tiene acuerdos con entidades bancarias para conseguir préstamos más ventajosos.

LAS INVESTIGACIONES EN NÚMEROS

-- El Gobierno pretende alcanzar el 1,2% del PIB con la inversión en I+D+i.

-- El Plan Nacional cuenta con una inversión de 9.200 millones de euros para los dos primeros años.

-- Tan sólo el 20% de las empresas españolas realiza proyectos de innovación tecnológica y, de éstas, sólo el 30% de las industrias acomete también tareas de I+D.

-- El 64% de las empresas asegura que la medida más importante para avanzar tecnológicamente es la adquisición de la maquinaria avanzada y equipamientos tecnológicos.

-- El Estado puede deducir hasta el 30% de los gastos que una empresa haga en los proyectos de I+D.

Autor: Patricia Vegas